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Osman Marval se sacó la espinita con la LVBP

19/01/2020

Osman Marval Foto: Francisco Marchán

Alexander Mendoza / Andriw Sánchez | Prensa LVBP

Barquisimeto.- En medio de una generación de Águilas del Zulia que tenía a Ernesto Mejía como gran estrella, Gerardo Parra como jardinero estelar, Henry “Pollito” Rodríguez y José Pirela como futuro, y otros nombres importantes, Osman Marval recibió algunas oportunidades en la temporada 2010-2011. A la campaña siguiente eso se redujo prácticamente a nada y fue dejado en libertad.

Aunque trató, el receptor y bateador ambidiestro no pudo hacer lo que deseaba: lograr un lugar en Maracaibo, obrarse un nombre y –como todos- triunfar en el beisbol organizado. Entonces, posó su mirada lejos, tanto como lo que mide el océano Atlántico. Llegó a Italia, Metió los pies en la Gran Bota y, con contadas incursiones a la pelota centroamericana y de Colombia, allí se quedó. Fue el Más Valioso de la temporada pasada del circuito neogranadino. Y aunque estaba tranquilo en el Viejo Continente, siempre en el tope, tenía una espina que le aporreaba un costado: la LVBP.

Esa astilla ya no existe. La herida también sanó. Marval no puede estar mejor: se demostró a él mismo que sí podía seguir en Venezuela, aunque ya contara 32 años de edad. Es uno de los bates más importantes de la temporada, que tiene a Cardenales de Lara en la Gran Final contra Caribes de Anzoátegui. Goza de un lugar en el beisbol venezolano.

“Al principio de mi carrera eso era lo que yo quería, pero no se me dio”, dijo poco antes del primer juego de la final. “Yo simplemente quise venir a demostrarle a muchos que todavía quedaba Marval, que podía jugar en este nivel. Estaré aquí hasta que la gerencia decida. Estoy muy contento con ellos. Me siento bien en este equipo y espero que sean cuatro o cinco temporadas aquí”.

En la ronda regular, el también inicialista y bateador designado, ligó para .329 de average, con .879 de OPS (sumatoria de embasado y slugging), 31 carreras remolcadas, dos jonrones, 22 anotadas y 26.6 rayitas creadas. Fue el Jugador Más Valioso de la cuarta y última semana. Bateó bien en la primera fase de playoffs, contra Navegantes del Magallanes, pero se ensañó contra Águilas en las semifinales. Así se ganó el premio al pelotero más destacado de la instancia previa a la final.

“En la temporada me enfoqué como un extranjero. Si eres criollo, te vaya mal o bien, vas a estar en el equipo, pero como extranjero si las cosas no te salen rápido te dejan libre, eso me ayudó mucho esta temporada”, explicó, el toletero que también estuvo en Japón en 2011. “Fueron ocho años que no jugaba aquí. No conocía a los jugadores y tenía tiempo que no veía tan buenos lanzadores. Me enfoqué en el equipo, en lo que quería, en no buscar el batazo grande, solo poner la bola en juego con buenos contactos”.

Aunque fue alguien ignorado por un tiempo –él mismo no quiso firmar con otro conjunto de la LVBP-, las particularidades de la temporada, que en un principio no podía contar con peloteros afiliados a MLB, lo hizo una pieza ansiada. Varios equipos lo contactaron, pero uno de los primeros fue Cardenales. Él decidió ser rojo y asentarse en el crepúsculo, y no porque su natal Falcón estuviera relativamente cerca.

“Me enfoqué en Cardenales porque me gustan mucho los retos, y vi que este equipo había estado en la final pasada, son los campeones”, dice. “Entonces, el reto es el bicampeonato. Por eso decidí jugar con ellos”.

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