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La Tribu llega a Valencia en pie de guerra   

09/01/2019

Willians Astudillo Foto: AVS PHOTO REPORT

Alexander Mendoza / Eduardo Acosta | Prensa LVBP

Caracas.- “Regresaremos para volver a jugar en el ‘Chico’, de eso pueden estar seguros”, soltó con firmeza Niuman Romero, capitán de Caribes de Anzoátegui, tras el tercer triunfo seguido de la Tribu contra Navegantes del Magallanes, en Puerto La Cruz.

Los indígenas regresaron a su parque, luego de perder dos encuentros en el Estadio José Bernardo Pérez y una vez más lucían contra las cuerdas, pero protagonizaron una soberbia reacción y voltearon la serie. Ahora viajan a Valencia arriba 3-2, con la intención de seguir avanzando y acceder a las semifinales. Solo necesitan un triunfo más.

“Sufrimos dos derrotas fuertes, en especial la primera. En la segunda pudimos competir un poco más. Pero sucedieron cosas que en ocasiones uno no se explica por qué ocurren, pero son parte del juego”, evaluó el manager Omar López. “Pienso que fue un problema de enfoque, de concentración en algunos momentos del juego. Al día siguiente estábamos libre, estuvimos conversando en el aeropuerto, de vuelta a Puerto La Cruz. Lo hice individualmente con algunos de los muchachos. Rouglas (Odor, coach de banca) también habló con ellos. Luego, antes del tercer juego, hice un meeting con el equipo y entendí que el ánimo estaba en alto. A pesar de las dos derrotas, muchos habían pasado la página al día siguiente. Comentábamos entre nosotros mismos qué debíamos hacer con el pitcheo, cómo debíamos lanzarle a ciertos jugadores y a quién debíamos neutralizar, de quien debíamos preocuparnos un poco más. Muchos me decían estamos dos abajo, pero esto no se ha acabado”.

El pitcheo que había sido vapuleado por la poderosa ofensiva de los bucaneros, tras recibir 21 carreras, 16 de ellas limpias en 16 innings (9.00), se repuso, en especial los abridores.

Magallanes ligó para un lánguido .196 (de 97-19) en los tres encuentros en la choza indígena y apenas sacudió ocho extrabases, entre ellos un jonrón, su principal arma, y sin corredores en los senderos.

Entre tanto, los abridores de Anzoátegui mejoraron de un horrible promedio de 24.30 carreras limpias, en 3.1 entradas, a un sólido 3.18, en 11.1 capítulos. Mientras que la ofensiva siempre encontró batazos oportunos de Astudillo, que decidió el quinto juego con cuadrangular, y Luis Jiménez, clave en el cuarto desafío; además de Rafael Ortega, Tomás Telis y Orlando Arcia.

“Preparé una reunión previa a la práctica del tercer partido, en la que les hablé para saber cómo estaban los ánimos, el ímpetu guerrero, el corazón fuerte que tenemos ante la adversidad para salir adelante y superar obstáculos. En los últimos años, no ha importado el resultado, damos el todo por el todo”, continuó su exposición López. “No podíamos entregarnos, pues esa es la identidad y la reputación que tenemos. La respuesta fue buena. Les hice un análisis de los juegos en Valencia a los muchachos. Hicimos todo lo posible para perder y poco para ganar, cometimos muchos errores físicos y mentales, no estuvimos preparados para hacer las jugadas de rutina. Desde el punto de vista del pitcheo no estábamos ejecutando, los lanzadores estuvieron muy pasivos a la hora de ejecutar y fallaron. En innings clave, regalamos los turnos, siendo muy agresivos contra envíos fuera de la zona. Así que les hablé. En la vida, cuando asumes el reto de algo que quieres obtener, tienes que pagar un precio, sólo tienes que decidir cuándo y tener determinación. Si estábamos 2-0, es como si nos encontrábamos cero a cero, era ir juego a juego. La preparación comenzó desde el final del meeting y el comienzo de la práctica. Los muchachos se enfocaron cómo iban a batear y quien lanzaba. Todo mejoró”.

Entonces, los brazos del Magallanes fueron vulnerados en los momentos clave, mientras que sus antagonistas en el montículo hicieron ajustes.

Para Juan Carlos Gutiérrez, que ahora cumple funciones de cerrojo para Caribes, fue de radical importancia silenciar a Delmon Young. El Productor del Año apenas pudo disparar dos inatrapables en 10 turnos legales y su cuadrangular fue solitario.

“Fue fundamental” dijo “Bola 8”. “El ánimo de este equipo es realmente sorprendente, nunca se cae, ni siquiera en el más adverso de los resultados. Ni en Leones, ni en los equipos que he reforzado anteriormente había visto un ambiente como el que se vive en el dugout de este equipo”.

“Este equipo no se rinde se rinde, se divierte jugando. Ahora que estoy aquí comprendo muchas cosas. Ahora sé por qué ganan”, agregó el taponero.

Con la barrida contra los filibusteros, Caribes llegó a 10 victorias consecutivas en postemporada como home club, sin incluir la final de la 2017-2018, una racha que comenzó en el segundo juego en semifinales ante Águilas del Zulia celebrado en 2016. Mientras que ha salido airoso en un total de 15 de sus últimos 19 desafíos en esta etapa.

“Ganar en casa es siempre es importante. Aquí jugamos mejor ante nuestra gente, que también se contagia de la energía que dejamos en el terreno de juego y ellos, con su apoyo, nos motivan a jugar un buen beisbol”, indicó Rafael Ortega.

 

La ofensiva del Magallanes necesita despertar, para evitar tener que jugar el partido por el comodín, si cae ante Caribes

¿QUÉ SUCEDERÁ?

Caribes dejó récord de 13-19 fuera del Alfonso “Chico” Carrasquel, el tercer peor récord como visitante de la temporada, sólo por encima de los eliminados Águilas y Tiburones. Ahora está a punto de hacer historia en Valencia. Si vence al Magallanes, se convertirá en el primer clasificado en el sexto lugar (el último cupo para los playoffs) del actual formato de eliminación en acceder a semifinales derrotando a la novena que obtuvo el mejor récord en la ronda regular.

De conseguir la hazaña, estaría en camino o al menos con la posibilidad de revalidar el título. Pero se mide al Magallanes, el último club en alcanzar coronas seguidas (2012-2013 y 2013-2014), que compila 20 triunfos en casa, incluida la postemporada. Los Navegantes exhiben una impresionante línea ofensiva .294/.435/.355, con 75 extrabases, 30 de ellos vuelacercas, más que cualquier otro equipo en la temporada. Está por verse si los brazos indígenas pueden seguir conteniendo ese tórrido bateo.

“Nosotros nunca nos hemos sentido favoritos, ni nada parecido. Siempre, con respeto al rival, seguimos jugando de la misma manera que lo hemos hecho todos estos años. Si mantenemos el ritmo, lograremos el objetivo que todos queremos que es el campeonato. Pero antes, hay que ir juego a juego, hacer las pequeñas cosas, jugar nuestra pelota y listo”, destacó Romero.

Anzoátegui dejó atrás una campaña de profundos altibajos para terminar la eliminatoria ganando 11 de sus últimos 14 desafíos, incluida una racha de siete triunfos. Algo similar ocurrió en la 2017-2018, cuando se llevaron la corona por segunda vez en cuatro años.

“No sé cómo explicarlo. Pienso que tenemos una hermandad, una coalición entre nosotros, en la que no existen diferencia personales o egos. Todos los peloteros están al mismo nivel. Somos todos como una ventana que siempre está abierta para recibir aire fresco”, destacó López.

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