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Johan Santana: “El no-hitter es uno de mis recuerdos más bonitos”

02/06/2022

Johan Santana Foto: Getty Images

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Caracas.- El martes, Johan Santana fue el invitado de honor en Citi Field, para conmemorar los 10 años del no-hitter que lanzó el 1° de junio de 2012, el primero en la historia de los Mets de Nueva York.

Después de tres sólidas campañas con los metropolitanos, el zurdo venía de perderse todo el 2011, luego de someterse a una cirugía de hombro y estaba en medio de lo que parecía un promisorio regreso a su antigua forma.

“Fue un día muy especial, porque para mí, cada vez que tomaba el montículo era especial. Sin duda alguna, que no tenía ni idea que ese día iba a lanzar un no hit no run”, le comentó Santana a las Mayores.com. “Las cosas fueron sucediendo a medida que fue pasando el tiempo. No fue uno de los mejores días para mí, cuando estaba calentando. Pero a medida que fue pasando el juego, toda la emoción y lo que estaba sucediendo en el estadio fue cambiando y de allí, más que presión, sentía el compromiso de querer terminar y tratar de hacer historia”.

Los Mets estaban jugando su temporada 51 en MLB y se medían a los Cardenales de San Luis, campeones defensores de la Serie Mundial, un viernes por la noche en Nueva York.

“Era difícil… cuando enfrentas a un equipo así, es muy complicado porque no te preocupas por uno solo (de la alineación), cualquiera de ellos te puede cambiar el juego. De hecho, Yadi (Yadiel Molina) dio un batazo ante el que (Mike) Baxter hizo una jugada extraordinaria (en el jardín izquierdo, en el inicio del séptimo inning) y eso fue lo que cambió el juego. También estaba (Matt) Hollyday y (Carlos) Beltrán, que, si te equivocas en un lanzamiento, el juego cambia. La cosa era complicada. No me cuidé de un bateador en especial, no. Simplemente estaba haciendo mi trabajo y ellos que se adaptaran a lo que yo hacía”.

El partido avanzaba y en la pizarra San Luis seguía acumulando ceros, sin que ninguna de sus conexiones se dirigiera a terreno de nadie.

“Ya en el sexto inning, cuando tus compañeros empiezan a alejarte de ti, cuando vez a todos en situación diferente, es cuando te empiezas a dar cuenta. También te das cuenta que estás más cerca de terminar, que cuando empezaste. Entonces, tratas de ir un bateador a la vez, un lanzamiento a la vez, y así fue como pude hacer los últimos nueve outs, para terminar el juego”.

El mánager Terry Collins había establecido un límite de 115 pitcheos para el merideño, pero lo dejó en el montículo mucho después de cumplir ese tope, hasta llegar a 133 envíos –la mayor cantidad en su carrera-, tras ponchar a David Freese para asegurar el out 27.

“Recuerdo muy bien el ambiente que reinaba. Primero la manera cómo cambia la fanaticada, después de ese sexto inning, cuando todo el mundo piensa que puede suceder. Pero cuando ya se saca ese último out y (Josh) Thole viene hacia mí, de la manera como se celebró, la manera como el estadio vibró… En ese momento me sentí muy bien, no solo porque había conseguido algo importante para mi carrera, sino porque en ese momento sabía lo que habíamos hecho para la ciudad de Nueva York y para esta organización. Entonces para mí fue un gran placer y un honor. Es uno de los recuerdos más bonitos que tengo de esa noche”.

 

Johan Santana y Josh Thole, el cátcher con el que hizo batería en su noche histórica

Santana, que para ese instante contaba 33 años de edad, lanzó 49 innings más en esa zafra y no volvió a aparecer en las Mayores. Se sometió a una segunda operación en el hombro 29 meses después de la primera. Luego de rehabilitarse, trató regresar con los Orioles de Baltimore, que eran dirigidos por Buck Showalter, actual estratega de los Mets, pero durante los entrenamientos de primavera extendidos se rompió uno de sus tendones de Aquiles y jamás volvió a lucir un uniforme de Grandes Ligas.

Pese a los remordimientos de Collins –ya superados, de acuerdo con declaraciones ofrecidas durante el acto del martes- y a la decisión de Santana de seguir en la lomita, el venezolano solo recuerda los buenos momentos.

“Como profesional, es una de las cosas que quisieras hacer. De hecho, durante ese proceso de rehabilitación (en 2011) conversando con John Zajac, que era el terapista físico (de Nueva York), durante uno de esos días previos a esa temporada, hablábamos de las cosas que no había hecho como profesional o qué quería hacer. Una de ellas era ganar la Serie Mundial, y no se pudo. Otra de ellas, era lanzar un no-hitter, que tuve la dicha de hacerlo, y una tercera, que era robarme una base, y tampoco lo hice. Pero tuve la dicha de lanzar un no-hitter y es algo de lo que estoy muy orgulloso”.

Santana sonrío toda la tarde, mientras rememoraba su noche histórica. Le cedió el honor del lanzamiento ceremonial a su hijo, Johan Jr., y luego vio al equipo de Showalter afianzar su hegemonía en el Este de la Liga Nacional con una paliza de 10-0 contra el colista Washington.

 

TROFEOS PARTICULARES

Después de la celebración, Johan Santana guardó buena parte de la indumentaria que usó mientras conseguía la hazaña el 1° de junio de 2012.

“Todas las cosas que tenía ese día están en mi posesión en mi casa. La camisa, el pantalón, la franela, la gorra, el guante, los zapatos, las medias. Absolutamente todo lo que utilicé, lo tengo y en estos días se los vuelvo a enseñar, para que vean en qué condiciones están, porque cambió totalmente de color, pero conservo todo.

 

SENSACIONES DIFERENTES

El equipo de LasMayores.com le preguntó a Johan Santana, qué tan importante había sido su juego sin hits ni carreras y el zurdo puso cada uno de esos logros en su lugar.

“Son cosas totalmente diferentes, porque el no-hitter lo celebras en ese momento, no solamente con tus compañeros, sino con los fanáticos y son sentimientos totalmente diferentes”, apuntó. “El Cy Young es el reconocimiento a toda una carrera, que se celebra después que se acaba una temporada. Inclusive, ni siquiera lo sabes hasta un mes después que se termina la campaña. Son dos cosas o sentimientos totalmente diferentes. Lo que sí te puede decir es que cuando yo gané el mi primer Cy Young en 2004, el sentimiento y la manera en que se vivió, estando en mi país Venezuela, fue una de las experiencias más bonitas que yo he experimentado, no solamente como profesional, sino como persona y ese es otro recuerdo que está grabado en mi mente, porque fue una de las cosas más bonitas que he vivido como profesional”.

 

 

EL DATO

Tylor Megill y cuatro relevistas, Drew Smith, Joely Rodríguez, Seth Lugo y Edwin Díaz completaron el segundo no-hitter en los anales de los Mets de Nueva York, el pasado 29 de abril. Ocurrió un viernes en la noche en Citi Field, tal como había pasado con Johan Santana en 2012, pero de manera combinada, en un triunfo 3-0 contra los Filis de Filadelfia.

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